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Nuestra historia en una página.

Salsas Trucho: Un Legado de Amor y Sabor.

El poder del amor en la cocina: Desde que era un niño, supe que había un lugar donde siempre me sentía contento y en confianza: la cocina de mi abuela. Ella era la persona más cariñosa y linda que pudieras conocer. De talla grande y con una enorme sonrisa, su forma de consentirnos era a través de la comida. Su cocina tenía raíces españolas, pero su verdadero don era poder replicar cualquier receta que probara. Cocinar con ella era mágico, porque siempre encontraba la manera de hacerme sentir especial y de pellizcarte los cachetes. (Si nos conoces a los Rivera sabes de que hablamos)

Cada domingo, su casa se llenaba de aromas impresionantes: el aceite caliente, el chile tostado, el ajo dorándose lentamente. Entre todas las delicias que preparaba, había algo que hacía enloquecer a todos: su SALSA PICANTE. Era una explosión de sabor, con un picor intenso que solo los verdaderos amantes del chile podían soportar. Quienes la probaban por primera vez tenían dos reacciones: o quedaban rendidos ante su increíble sabor o terminaban enchilados, pero siempre con una sonrisa.

Cuando mis abuelos comenzaron a batallar con la edad y otras cosas, mi abuela empezó a vender su salsa para ayudarse y distraerse un poco. Yo, que ya amaba estar en su cocina, no solo la ayudaba a prepararla, sino que también se la vendía a todo el que podía. Al principio, solo la pedían familiares, luego amigos, hasta que la salsa se convirtió en algo muy buscado. Sin embargo, el destino nos jugó una carta difícil: mi abuela falleció.

Su partida dejó un vacío inmenso. No solo porque ya no podíamos probar su comida, sino porque ella era el alma de nuestra familia. La casa de mis abuelos comenzó a desmoronarse, y las reuniones que antes giraban en torno a su cocina se hicieron cada vez menos frecuentes. Cocinar ya no era lo mismo sin ella. Pero en el fondo, una parte de mí seguía buscando esa conexión. Me encantaba estar frente al asador, experimentar con salsas y tortillas, intentar crear algo que me hiciera sentir cerca de ella.

Pasaron los años y la vida me llevó por diferentes caminos. Fui restaurantero por más de 20 años, pero dentro de mí siempre había una inquietud, una búsqueda por algo más. Entonces llegó la pandemia. Cuatro meses encerrados nos dieron tiempo para muchas cosas, y yo lo aproveché para experimentar en la cocina. Probé fermentaciones de conservas, repollo, miel, kombucha y otros ingredientes, pero sentía que nada de eso me representaba realmente.

Hasta que un día, entre todos esos intentos, recordé a mi abuela, su cocina, los domingos en su casa y su increíble salsa. Sabía que no había nada que me hiciera sentir más especial que una buena salsa picante. Porque, si lo piensas, cuando vas a una taquería puedes pedir lo que quieras, pero lo que realmente recuerdas es si la salsa estaba buena o si te enchilaste. La salsa es el aire que respira la comida, el detalle que convierte una comida en una historia.

Así que decidí hacer una salsa picante desde cero. Pero, claro, después de 20 años en la industria restaurantera, mi primer lote no fue pequeño… cociné 20 litros de salsa. Cuando la probé, supe que había creado algo especial. Pero, ¿qué iba a hacer con tanta salsa?

Ahí es donde entra mi esposa, Paulina, quien nunca se está quieta. Sin decirme nada, compró botellas y mandó a hacer etiquetas para que pudiera regalar la salsa a nuestros amigos y vecinos. Cuando me lo contó, me encanto y nos pusimos a embotellar. Lo que no esperaba era que todos los que la probaron volvieran a pedirme más. Y más. Y más.

Al principio, me hacía el loco para no regalar tanta, pero ya no era sostenible. Aun así, no estaba convencido de venderla porque tengo que aceptar que solo me gusta regalarla a gente que realmente quiero. Hasta que un día, un muy amigo de nosotros, Álvaro, nos invitó a un viaje a esquiar, mi actividad favorita. Llevé algunas botellas como regalo, y después de varias conversaciones con él y su familia, me di cuenta de algo: tenía en mis manos algo único. Algo que no podía dejar solo como un pasatiempo.

Y así nació Salsas Trucho.

Hoy, tenemos cinco salsas picantes únicas listas para la venta, un condimento picante con trufa negra y un condimento especial para cocinar. Pero cada una de nuestras salsas es mucho más que un producto: es un pedazo de mi corazón, un reflejo de los sabores que más amo en la comida. Cada frasco es un regalo, porque sé que dentro de él hay historia, pasión y recuerdos.

Salsas Trucho no es solo una marca; es un homenaje a la abuela más increíble, a mi familia conformada por mi esposa Paulina y mis hijas, Camila y Javiera, también a mis verdaderos amigos y a algunas personas especiales. Cada botella lleva una dedicatoria a la persona que la inspiró. Mi sueño es llevarla al mundo entero, para que cada amante del picante, sin importar dónde esté, pueda sentir esa conexión familiar en cada bocado.

Porque una buena salsa no solo le da sabor a la comida… le da alma.

Historia dedicada a la mejor abuela que ha existido. Tita Rivera

SALSAS TRUCHO
  • NACIMOS EN

    Noviembre

  • AÑO

    2019

  • A LA VENTA

    Junio

  • AÑO

    2024

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Tradición Mexicana

Tradición Mexicana

Nos encanta darle vida a la tradición mexicana con nuestras salsas de verdad. Usamos ingredientes naturales y métodos artesanales para crear delicias saludables que hacen bailar a tus papilas gustativas.

Familia y Amigos

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Nuestro objetivo: Acompañar a las familias cuando se reúna alrededor de la mesa o las botanas, disfrutando de una experiencia única que no solo es deliciosa, ¡sino buena para ti! Así que, si buscas salsas que cuidan tu bienestar y elevan cada bocado.

Calidad en el sabor

Calidad en el sabor

Si no te hace decir ‘wow’, no es una salsa Trucho. Solo las salsas más sabrosas merecen nuestro sello. solo publicamos salsas que pasen la prueba del sabor.

Autenticidad

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Aquí no hay imitaciones, solo salsas que saben y se sienten reales, como deben ser. Cada bote de Trucho es como una charla con tu abuela en la cocina: natural, sin conservadores y lleno de sabor de verdad. ¡Así de truchas son nuestras salsas!

Medio ambiente

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Somos fans del sabor y del planeta. Por eso nuestras salsas vienen en frascos de vidrio: elegantes, reutilizables y buenos para el ambiente. No solo disfrutas de un sabor auténtico, ¡también ayudas al mundo! Así que, abre una Trucho, ponle sabor a tus platillos y dale un respiro al planeta.

Nuestra promesa

Nuestra promesa

Cada frasco lleva ingredientes de primera, un toque de locura y mucho amor por lo auténtico. Nuestra promesa es simple: si no es extraordinaria, no es Trucho. Aquí, cada salsa tiene que elevar el sabor de tus platillos y dejarte pensando, ‘¡wow, esta cañona!’ Así que abre cualquier Trucho y prepárate para algo realmente épico.

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